Todo tiempo tiene sus encantos, todo tiempo tiene sus peces
Ayer saqué el pasaje para viajar a Barcelona al Congreso. La situación actual del país en general y en particular todo lo que tiene que ver con nuestra conexión con el exterior es bastante compleja. Como si no fueran pocos los obstáculos que una misma se pone a la hora de crear y compartir el imaginario le sumamos que no puedo sacar el pasaje con compra directa, en cuotas o con un simple llamado telefónico. Compré el billete y a las horas recibí un mail diciendo que se cancelaba la compra. Sin embargo me fui a dormir tranquila, tengo la extraña sensación de que todo va a estar bien y que ese revés de la historia nada tiene que ver con bancos o cosas que yo pueda manejar a través de un teclado. Es que con este viaje estoy moviendo más allá de una obra, una ponencia, mi legitimación como investigadora y artista. Lo vuelvo a leer y suena fuerte, pero es así. Barcelona es un espacio-tiempo que me dijo que sí a todos los no que recibí en Argentina (ya me rechazó la universidad de Córdo...