No Comfort in the Truth


Pensé mucho en estos días en los audios depurados, limpios, prolijos de Spotify que quieren recrear esa especie de charla de bar entre amigxs para sus podcasts. 

Pero... 

Si estás hablando de temas que te conmueven, te interpelan y afectan, la voz tiene que salir limpia? Dónde están los mocos, el reflujo, el temblor, donde está la voz que me cuenta el gesto, la emoción o la acción que la acompañan? 

Se puede hablar de vocalidad en esa estética de audios depurados? Si la voz está situada en su nivel performático e histórico, contextualizada y acustizada en un espacio particular, por qué se sigue buscando una estética radiofónica en la que la limpieza y el paisaje sonoro tiene más que ver con un no tiempo un no lugar, por lo tanto una ausencia de subjetividad. 

¿Tendrá que ver con darle a la voz un carácter objetual, digno de ser analizado en laboratorio silenciando todo aquello que tiene que ver con su aspecto performático? ¿O es que por el momento la voz grabada y reproducida on demand resulta tan estimulante que corresponde quitarle todo análisis?

Milito los audios mugrosos, la mugre vocal, el moco, la agitación, los sonidos del cuerpo que a veces dan pudor, confunden pero a la vez afectan interpelan y contagian.  

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