Cantar a coro
Y sucedió el estreno. Jueves 10 de noviembre, a las 17hs el presentador dijo mi nombre, leyó mi currículum al público mientras yo entraba a escena con mis cacharros listos para performatear mi conferencia-performance. Temblaba en el camarín y en los auriculares sonaban los karaokes escritos porque suponía que en esos últimos minutos podría terminar de aprenderme la letra. El poder de mi procastinación y neurosis pareciera no tener fin. Ni siquiera la fecha tope los inhibió. Porque rendericé el proyecto (renderizar es pasar de un formato de edición a mp4 por ejemplo) minutos antes de salir de la casa cargada del rollo de papel y los pies de micrófono y la valija llena de botellas atadas y objetos de la escena. Me tomé el metro y puteé en colores por todas las escaleras que tenía que subir y bajar. Un taxi acá es carísimo y tarda más que el transporte público. Llegué, caminé, me perdí. Volví sobre mis pasos y ahí estaba el Instituto del Teatro. Quien me recibió se ...