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Empezar a contar mi historia, para aplicar a becas...

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Comencé mi estudios en ballet a la edad de seis años. Siendo muy pequeña me sometí a rigurosos entrenamientos físicos y dietas estrictas para bajar de peso. Sin embargo, a pesar de contar con experticia técnica y reconocimiento entre mis pares por mi forma de bailar, no pude ingresar a los institutos oficiales por estar excedida en peso. Las actas de los exámenes dicen que debía pesar medio kilo menos. Esto provocó que transitara durante toda mi adolescencia con trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y odiando mi cuerpo. Me alejé de la danza y comencé terapia. Cuando me sentí más estable y reconocí las herramientas que el psicoanálisis me brindó para detener estas conductas, volví a tomar clases en espacios amateur. Esta vez de danza contemporánea. Sucedió que un día nos fotografiaron y al ver la imagen de mi cuerpo suspendido en un salto, la profesora se sorprendió al ver la línea perfecta que trazaban en el espacio mis brazos y piernas. La extensión de mis pies y alineación de l...

Sólo por poner a jugar a mi artista, es una promesa que me digo

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Este año me decidí a dejar de lado las voces que me enclaustran. La academia me dio el refugio que necesitaba, pero si sigo ahí creo que no voy a poder volver a salir. Asi que me animé a presentarme en audiciones.  Vienen recuerdos de mi estar en escena. Lo difícil que me resultó a mi humanidad, la competencia y desprecios que me llevaron a tener una recaída en mi relación con la alimentación y mi imagen corporal. Esta vez con más herramientas. Reprimiendo muchas veces la reacción compulsiva o autoagresiva. Pero otras no.  Me prometí que inhibiría en el instante previo. Al menos trabajaría en eso. No en la represión, sino en la inhibción. Frenar ahí, de cara al síntoma. Intentar poner palabra, voz, cuerpo, imagen o movimiento. A veces me salió. Pero otras no.  Es un viaje en zigzag.  En una audición no quedé. Me resultó un poco chocante ver en YouTube que sólo tuvo una vista. No sé si fue mía incluso. Pero me gustó mucho hacerla. Volvió a mí toda mi historia como est...

Temporada de La Rosa de Mis Vientos

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El otro día, pensando en el título que podría ponerle a la ponencia a presentar en Tandil este año, llegué a la idea de que esa especie de rosa de los vientos que dibujé en el rollo de papel sería la que identifique esta nueva etapa en la que siento que estoy entrando.  Se suman varias cosas, el final de la cursada de la licenciatura, el cambio político de mi país y con ello la crisis socio-económica que se está desencadenando. Esto además de afectar mucho a sectores medios y bajos, modifica varias de las condiciones laborales que pude sostener durante lo que fue La Memoria del Anzuelo.  Sabía que lo hecho, calculo que hasta la escritura del capítulo dle libro con la ponencia que presenté en Barcelona y en la Alianza formaba parte de un período en el que ya no me reconozco. Bastante amateur pero con herramientas de profesional y a la vez un poco caótico, como cuando el anzuelo atrapa basura abajo del río y te hace pensar que en realidad atrapó un pez gordo. Ese trabajo no es b...

Las caderas no mienten

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Ya lo decía Shakira, pero en mi caso no tiene nada que ver con la seducción y/o el acto sexual.  En mi caso es una respuesta al desgaste articular producto de bailar las ideas de otrxs que más tienen que ver con violentar los cuerpos que con transitarlos desde el placer por bailar.  Hace ya casi cinco años que me lesioné la cadera buscando un cuerpo más fuerte, más acorde a las exigencias de coreógrafos o preparadorxs físicos que opinan sobre cómo hay que bailar, moverse, ser. De eso me quedó un dolor constante en la cadera que se acentuó con un esguince en el dedo gordo del pie y la pandemia con su sedentarismo. Ni qué hablar del tiempo destinado al estudio, la lectura y la cursada. Estar sentada durante 4 horas no es lo mío y acá tengo la prueba de que la quietud lastima a mi cuerpo.  Estoy desesperada ya por recibirme. Quiero ese título, me permitirá continuar con el desarrollo y materialización de mi ópera prima, pero como ya sé que será danza-teatro es un poco trampo...

¿Qué me motiva?

Recién leí en una página de psicología, lo asumo, estaba googleando cómo mantener la motivación, que para ser constante hay que tener en claro porqué se hace lo que se hace.  Me imaginé todos los objetivos que tengo como en un iceberg, obviamente la punta es el resultado visible, pero todo lo que está debajo es el trabajo y la disciplina, los pasos para conseguir realizarlo.  En ningún dibujo del iceberg estaba el disfrute. Entonces, la pregunta sobre aquello que me motiva se me volvió más fuerte como reflejo. A partir de las publicaciones carrusel pude darme cuenta de que sé qué imagen quiero que tengan de mí, pero es una imagen escudo. Esa que me han criticado en las clases de actuación. Pero claro, en esos contextos, no sabían acompañarme ni explicarme hacia dónde, sólo hacían alusión a mi erotismo. Es así como terminé actuando en bolas en una obra de danza que hablaba sobre el sexo. Con la rodilla rota y el autoestima destruído. Nunca pensé que las burlas de una nadie en m...

Primera semana

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Comparto por acá las fotos de la primera publicación en instagram en formato carrusel.  No tuve para elegir, sino que son las fotos que me animé a sacarme y compartir. De hecho, hasta edité el video que filmé para el casting haciendo una impro y no pude postearlo. Me veía y me sentí ridícula. Como que tengo respecto a mí con la danza, una opinión demasiado ambiciosa y para nada sanada.  Me cuesta demasiado esto, creo que el desafio está buenísimo entonces, para conocerme, adquirir confianza, pero por otro lado, no quiero sacarme el disfrute de lo que estoy intentando hacer.      Voy a tenerme paciencia. No me acuerdo si establecí un tiempo, pero creo que hasta fin de año puedo sostenerlo. Es la previa a empezar con la escritura de la obra. Sumado al entrenamiento del gimnasio.   

Experimento, luego opino

 Sigo meditando respecto a la publicación anterior, mi relación con las redes sociales, las cuales hoy por hoy parecen ser la única vía de comunicación con el afuera, respecto a las cosas que se están llevando adentro. Digo esto, porque me encontré en varios momentos luego de la publicación, recordando situaciones en las que me acusaron de soberbia, confieso que en esas situaciones no lo sentí así y lo recibí como un impulso, porque tenían más que ver con que no estaba satisfaciendo los intereses o las proyecciones puestas en mí, pero sí me pude reconocer así en otras, filtrando los mambos ajenos, como cuando iba de la psicóloga en mi peor momento y me quejaba de la gente que se internaba en el gimnasio o las mujeres que consumían shopping o revistas dedicadas a cierto estilo de mujer y ella, la  psicóloga me frenaba en seco y me decía: esa es tu sombra, entonces.  Me indignaba. cómo algo que detesto va a ser mi sombra? entonces un día le quise demostrar que no, que lo re...